IoT y SmartHome, o de cómo de una situación de caos acaba emergiendo un orden
Posiblemente algunas declaraciones de los grandes han puesto en el disparadero conceptos, en los que nosotros llevamos 16 años, pero que nos consta, fueron fuente de noticias tecnológicas desde los años 60 (reflejo de aquellos Jetson o Supersónicos), y por fin, todo el mundo se ha puesto a debatir sobre la diáspora de tecnologías y aproximaciones, que intentan liderar el nuevo el dorado del consumo masivo de tecnología; invadidos por conceptos de domótica, casas inteligentes, ciudades inteligentes, edificios inteligentes, nos abren más el foco de lo que podría ser un mundo de objetos IP interconectados, y ávidos de dotarnos de información más precisa, tempranas alertas sobre problemas conocidos, que ahora disponen del mejor enfoque derivado del análisis de la generación masiva de datos (big data), y si antes, los pioneros, nos enzarzábamos en discusiones sobre si es mejor un cable BUS o aquellas incipientes promesas inalámbricas, hoy parece que el debate se ha interconectado de forma escandalosamente progresiva y ramificada , es decir, hemos pasado de la dicotomía del ¿cómo?, otrora ya muy resuelta (para los pocos avezados o que no saben leer entrelíneas, la primera quimera despejada es que el futuro es INALÁMBRICO, y el cable, bus, RS485 “cientodosmilsoluciones”, HA MUERTO), a la policotomía más salvaje.
Bien, esto era un buen punto de partida para la ansiada convergencia o estandarización, pero los idealistas no son bienvenidos en las corporaciones mercantiles, y ya se sabe, cada uno tira para lo suyo, es decir, prima más la cuenta de resultados y la porción de negocio que hay que arrebatar en el mercado.
Visto lo visto, parece que el hombre eternamente tenga que estar en constante y efervescente batalla con el sentido común, y no, el buen punto de partida se llena ahora de Z-Wave, Zigbee, DEC, Bluetooth LE, WiFi Mesh, DRP, HRD, HomeRF, ARP, X3D, Insteon, (etc, use su creatividad para seguir añadiendo, la lista no tiene fin) ….y créanme, aquellos relacionados con la ingeniería y las cosas técnicas, somos capaces de una imaginación infinita para llenar paginas de siglas, protocolos, y matices que hacen que el mundo siga necesitando gente para cambiar de millas a KM, o diseñar volantes en ambos lados, o conseguir que emerjan miles de fabricantes de tornillos, a cual de ellos más enrevesado, y es que somos lo que somos.
Una llamada a los grandes para que impongan sus decisiones a golpe de talonario y marketing endulzado por gurús, noticias de hologramas trekis, drones haciendo de transportistas, o sueños Woodstock de piruletas freemium y códigos open de los open de verdad verdadera de toda la vida de Dios, capaces de coger los mensajes más virales y convertirlos en ansias de que llegue cual príncipe apuesto, un Homekit, Súper Nest, o San Samsung, para decirnos como tienen que conectarse nuestras viviendas, estilos de vida o ¿Por qué no? órganos vitales, a la vorágine de la red del Internet del Todo.
Y es que tenemos lo que merecemos, nosotros que pensamos que la clave era una cajita, antes gateway, pasarela residencial, smart hub, black box, IoT Server, hoy torre de babel que intenta, humildemente, hacerse con el cariño de los pocos, aun pocos, clientes de la tecnología del todo automatizado, y por eso de que las ideas son universales (aunque hay quien tiene músculo financiero para apropiarse de ellas vía patentes), ¡zas! nuestro mundo de la domótica ( si, hablo de domótica y solo de domótica, ¿o alguien espera que se conecte cualquier mota de polvo en el mundo sin antes haber ganado la batalla del hogar?, pues va a ser que no) se ha llenado de nombres “cool” y de miles de cajitas con muchas antenitas y otros tantos agujeritos para convertirse en la sala de traductores de la ONU, es decir, para que, da igual quien se lleve el gato al agua….mi caja va a funcionar con todo (una mentira velada, porque para ello necesitaríamos hordas de informáticos generando millones de líneas de código para ir adaptando novedades) y “mi caja, si que es de verdad la entrada multidimensional a esos mundos Orwellianos” es una verdad a medias, ya lo hemos dicho, aunque muchas de esas cajas, las más económicas si que son un “lanzarse al abismo” ya que parapetadas con el termino “nuestra CLOUD”, van a llenar de invitados nuestros humildes y, hasta la fecha, infranqueables hogares, y esto en el mejor de los casos, porque ya se sabe que hay días ventosos que arrastran las NUBES y nos podemos quedar con termostatos “pisapapeles”, o sistemas que entran en coma vegetativo y que olvidan que hacer con nuestra automatización.
Es más fácil que las nubes sean un miembro más de nuestra familia y no un ajeno asignado en tierras lejanas, aun así, ya se sabe, un día, nuestro ser querido, conectado a la secta de la red, puede también ser parte del tejido de alguien con ganas de saber si calefactámos a las 8 de la mañana, o si salimos a correr después de nuestro horario laboral.
Pero, no esta bien, que nos dediquemos a esto y que lancemos piedras sobre nuestros propios tejados, este es el caldo de cultivo que anuncia una próxima revolución y que genera el tejido necesario de un nuevo sector, y nos ubicaremos ahí, en el sitio que no depende de intereses partidistas, somos integradores, conocemos el mercado, conocemos las piezas, y tenemos algo, sobre lo que asesorar a los clientes que busquen las mejore soluciones o propuestas. Bienvenidos a nuestro atelier domótico, Domodesk.
De los miles de proyectos diarios “crowdfunding” con aparatitos atractivos y dotados de su correspondiente app para el móvil, y de los arriesgados inversores que meten millones detrás de mentes creativas, acabara reinando un orden necesario, y no será el más GRANDE y PODEROSO, ya saben… la evolución es lo que tiene que convierte “adaptables colas de ratón en grandes cabezas de león”.
TO BE CONCLUDED
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